La finalidad de todo esto va a ser la de gozar nuestro ahora y que sea este el que nos lleve a enamorar o enamorarnos a través del arte escrito, combinándolo lógicamente, con nuestros instantes en el frente a frente. Es natural, respondo, no es moco de pavo estar a la altura de una mujer como . En verdad, no es fácil estar a la altura de ninguna mujer, pues creo firmemente que la expectativa femenina es imposible de satisfacer. La mujer, le explico, quiere necesitar, nunca localizar realmente, sino más bien ir por la vida necesitando, deseando, de esta forma, en gerundio. El hombre número Si uno de nosotros desea algo, va por ello. Si deseamos una camisa blanca, entremos en la tienda, subimos al tercer piso, vemos la camisa, preguntamos talla y costo y pagamos. La mujer va por la camisa, entra y recorre el primer piso de la tienda por departamentos para ver otras cositas que puede necesitar y que estén en oferta, se detiene acá y allí, en un cuaderno de notas, una engrapadora que nunca ha tenido y que súbitamente le resulta indispensable, y pare de contar. Finalmente, ya bien entrada la noche, justo antes que anuncien por los parlantes que la tienda cerrará sus puertas, llega a tercer piso. Allí ve la camisa. Pregunta costos, examina los cuellos y el entalle, se prueba múltiples, se las vuelve a probar, y al fin se lleva una (que suele ser la más cara). Al llegar a casa, se da cuenta que debe volver a la tienda al día siguiente a que se la cambien por el hecho de que no le sirve ni le combina con nada. Igual con los hombres. Y es que en el momento en que encuentran algo, le bastarán unos meses, días, horas, para percatarse de que no era lo que ella esperaba. De allí esa decepción crónica tan mujeril. Eso es lo natural. Lo que no es natural, continúo, es que , estando tan buena, en tu mejor momento, pases más de un año sin tirar. Es que ustedes los hombres no entienden lo que significa para una… y ya antes que se lance el alegato de El aplauso va por dentro, que yo me sé de memoria, la corto para confrontarla: Mira mamá (le arrecha que le afirmen mami), si eres tan excepcional como pareces, asúmete, admite que estás histérica, como resulta lógico, primordialmente por carencia de sexo, reconoce que el sexo no sólo te gusta, sino que te hace exactamente la misma falta que a un hombre promedio, y que eres una perra de closet. Y, ojo, lo digo en el mejor sentido de la expresión, como un cumplido, porque si hay algo seguro es que yo a C la respeto y la admiro. Culmino entonces la confrontación describiéndole su modus operandi: ves a un hombre cualquiera que te gusta, ponle, y decides que tiene condiciones; como no reconoces que lo que te interesa es su pene (naturalmente, después de un año y tres meses), no te das cuenta que el órgano viene adosado a un bolsa; empiezas a adjudicarle al pobre hombre cualidades excepcionales, te niegas a ver sus enormes defectos viriles y cedes a un espejismo de enamoramiento que te justifica llegar a entregarle la flor de tu secreto; luego de la consumación descubres que, de hecho, el pene venía adosado a un bolsa, y , que eres realmente arrecha, comprendes que no está a tu altura, que, como la camisa, debes cambiarlo urgentemente, pues no combina, porque ni te sirve ni lo precisas ya; eso sí, creíste en él, él fue el que te engaño, te empleó, porque no eres una perra.
Podemos hacer por lo tanto un listado de impulsos o cadenas incontrolables, que nos ayude a distinguir a día de hoy, en el momento y temporada en que me encuentro entre sucesos controlables y no controlables. Puede generarnos desesperación el percibir que hay acciones que no controlamos o bien hacernos sentir frustrados y asimismo nos va a poder ayudar a ir aceptando que existe una conducta en mi que no controlo, para la que precisaré herramientas nuevas y distintas de las que empleo actualmente. El error tipo G, o de ganas desaforadas, no tendría el mismo efecto que hemos hablado en el tema de intenciones. En una aplicación de citas existen multitud de usuarios de los que muchos pueden agradarte y de los que probablemente saques varios match. En un caso así va a ser el único en el que expresar tus deseos carnales de forma directa y sin sutilezas es posible que te reporte algún beneficio, y en el caso de fracasar, la pérdida tampoco sería excesiva pues puedes proseguir planteando tu oferta sexual a la siguiente persona con la que hagas un match sin moverte del sofá de tu casa.
Sachs, melanie: cuidados de belleza aiurvédicos, ed, obelisco
Conocemos el pasado y hay que comprenderlo. Hay mujeres que han sufrido, han llorado, lo han pasado muy mal y continúan. Hay mujeres que cuando eran jóvenes sus madres y progenitores gobernaban su vida, después quizá sus maridos y ahora, son sus hijas e hijos las y los que les organizan su vida. No pueden ni chistar. Estas mujeres lo que desean es que absolutamente nadie pase lo que ellas han pasado. Desean el bien para todo su alrededor. Creen en la unión y en el amor. El gusto me duró unos cuantos meses cuando recupere de nuevo la confianza de ellas, el poder oír sus actividades, sus gustos, quererlas más que nunca ya antes en cada salida, en cada juego y en cada sonrisa. Poco a poco la relación con mi exesposa se fue estropeando por que me ganaba el afecto de las pequeñas, al menos creía que recuperaba su afecto no que ganaba más, pero los celos se hicieron evidentes, cuando poquito a poco fue impidiendo la convivencia.
Se va acentuando la ideología masculina que impone la castidad en las mujeres antes del matrimonio, y entonces nace la prostitución. En un principio la entrega de la mujer puta era un acto religioso, que se practicaba en los templos, a los cuales ingresaba el dinero producido por su práctica. Cuando se impone el trabajo asalariado, junto con la esclavitud y la propiedad privada en su totalidad, aparece la prostitución profesional de las mujeres libertas y la entrega forzada de las esclavas. En resumen, el estado sentimental se transforma en un impedimento solo cuando tu propia vida ya no chuta. Cualquier tipo de discriminación es señal de impotencia, incongruencia y fracaso. Y, como somos humanos, seguiremos fracasando en algún aspecto y seguiremos culpando a los demás de nuestros problemas. El ser humano es perezoso y su vagancia le impide mover las neuronas por temor a tener agujetas. Sin embargo, ser falso y llamarse liberal no requiere mucho esmero. Tan solo un poco de poder de convicción y algo de talento como actor.
Depender de una mujer para sentirse completo
Si observamos las estadísticas de cuantos extranjeros viven en España, vemos que la mayoría son rumanos y marroquíes, pues tenemos unos setecientos mil rumanos y otra cifra similar de marroquíes en nuestras fronteras. Por cierto, aunque no se llama adiestramiento vaginal, el adiestramiento de los músculos del piso pélvico semeja estar extendiéndose entre los hombres asimismo. Los hombres asimismo pueden entrenar sencillamente los músculos del piso pélvico apretando y aflojando los músculos que rodean el ano. El por cien de los adeptos en recuperación reportan tener algún tipo de adicción en sus familias, esto es, comer en demasía, abuso de substancias o juegos de azar. La adicción al sexo es un trastorno de la amedrentad. Los adeptos al sexo procuran intimidad y, en lugar de hallar amedrentad, ponen otras cosas en la mezcla que les va a dar una falsa sensación de intimidad. Los adictos al sexo reemplazan la intimidad por la intensidad. Pueden buscar dolor y placer o bien dominación y sumisión. La adicción al sexo no se define por un comportamiento particular. Las personas que tienen una aventura o bien incluso más de una relación podrían o no ser adeptas al sexo. Una persona que mira pornografía puede ser adepta al sexo o número
No entra dentro de nuestros esquemas mentales el prestar a nuestra pareja a quien viene a visitarnos. Nuestra amabilidad como anfitriones no llega a tanto. Con un café y unas pastas o un refresco y un picapica basta para mostrarnos amables y acogedores. Podemos invitar a comer a quien ha llegado a nuestra casa, podemos escanciar para él o ella una copa del mejor vino que guardemos en nuestra bodega o bien mueblebar y podemos preparar una cena fría o bien encargar unas pizzas… mas no vamos a dejar a nuestra pareja para que nuestras visitas o bien los recién llegados gocen de sus servicios sexuales. No somos esquimales. Y es que eso es exactamente lo que hacen ciertas tribus inuits de Groenlandia o del Ártico: ofrecer a su esposa a fin de que quien los visita pase una noche con ella. Llegó el punto central de su argumentación; la homosexualidad no se daba en la naturaleza, en consecuencia, la homosexualidad no estaba bien. In vino ventas, pensé, tomando otro trago. Probablemente fue el vino, o mi hartazgo, o bien que anticipaba que la cuenta iba a acabar cayendo de mi lado (cuando hay cuatro ricos en una mesa, suele ser el quinto pobre el que paga la cena). Conque, muy solemne, me puse en pie, tiré involuntariamente el vaso de agua (posiblemente bendita) que bebía la partidaria de lo natural. Y le dije: Mira, bonita, si una de las cachorritas medra, es más que probable que su padre se la folie en cuanto tenga su primer celo. A los cachorros machos, posiblemente no les dé por el culo, mas solo porque antes se los va a haber comido a poco que tu cariñosa leona madre se desatienda un momento…. Balbuceó algo mientras que se secaba el agua de la falda. Pensé que allá se había acabado la cena, mas número Y la cuenta cayó de mi lado.
No hay contacto visual directo
En las etapas iniciales de la mayoría de las relaciones, cuando los hombres y las mujeres se encuentran y se enamoran, hay mucho amor, energía y también amedrentad, mucho amor y mucha pasión. Luego, tras un período de tiempo, muchas parejas pierden esa pasión. El Informe Hite (1976) asevera que el 85 por ciento de las mujeres afirma que, tras un par de años de estar en una relación o en un matrimonio, aman a sus esposos pero ya no están enamoradas de ellas. Ciertas parejas nos afirmarán a Diane y a mí: Todavía tenemos relaciones sexuales, nuestra pasión aún surge ocasionalmente, mas semeja que ha perdido su chisporroteo, se ha perdido su jugo. La amedrentad y la apertura que solíamos sentir en nuestros corazones cuando nos conocimos ya no están verdaderamente ahí. No estamos enamorados como solíamos estar .
Mas taxativamente, debe haber una razón tras cada pregunta, algo que haga que te interese conocer la información que le pides. Por decirlo más claramente: siempre y en toda circunstancia debes poder contestar a ¿por qué me lo preguntas?. Si no, estarás soltando cuestiones sin sentido, lo que viene a ser bastante semejante a decir algo así como ¿qué hace una puta como tú en un sitio como este?. Se apreciará que solamente haces es mostrarte agobiado por alargar la conversación sin motivo. Parece fácil, pero no lo es. Hay que respirar hondo, tomar conciencia de esos personajes que no sirven para nada, dejarlos atrás y dar un paso adelante con el único que puede llevarte a donde quieres: el que tiene claridad de intención. Cuando te dices que solamente deseas es que el caballo levante la pata, el caballo la va a levantar. Así de fácil y… de complicado.
Es hermosa, encantadora, implicada, condescendiente, sin tabúes
Esta área es conflictiva. Se siente bien (si bien, en ocasiones, frágil) ser acariciado y acariciado aquí. Mas a veces, con la ganancia de agua a lo largo de su periodo, o debido a que tiene un tanto de peso auxiliar, puede ser sensible a que le toquen demasiado el estómago. Solo presta atención a cómo reacciona cuando la tocas acá, y juega de oído. Que ciertos clubs de intercambio tengan zonas de camas o zonas aptas para el contacto sexual completo entre las parejas que hayan decidido intercambiarse no desea decir que todos y cada uno de los clubs los tengan. Hay clubes de intercambio on premise y clubes de intercambio off premise. En los primeros se pueden sostener relaciones sexuales. En los segundos, solo se puede escer contacto con otras parejas para, a partir de ahí, concertar una cita en otro sitio para mantener la relación sexual.
Ciertas mujeres, es cierto, no tienen esa reacción de huida: se ofrecen sin reserva, aceptan o bien incluso piden los regalos sin los que les sería difícil llamar la atención y provocar que las pretendieran. En principio, la prostitución es sólo una manera de consagrarse. Ciertas mujeres se transformaban en objeto en el matrimonio, se convertían en instrumentos de un trabajo doméstico, en particular agrícola. A otras, la prostitución las convertía en objetos del deseo masculino; objetos que, al menos, anunciaban el momento en que, en el abrazo, no había nada que no desapareciese, dejando sobrevivir tan sólo la continuidad convulsiva. En la prostitución tardía, o bien moderna, la primacía del interés económico dejó en la sombra este aspecto. En la prostitución más vieja, si la puta recibía sumas de dinero o bien cosas hermosas, era como don; y ella empleaba los dones que recibía
