Quiero preguntarte lo siguiente: ¿ tienes claro para dónde vas en la vida?, ¿te has visualizado en 10 años?, ¿en verdad quieres conseguir ese objetivo por el que tanto has luchado? o resulta que eso ya te llegó y tienes miedo y prefieres no aceptar esa situación, sino proseguir viviendo como toda la vida lo has hecho. Y eso es muy común; hay personas que luchan tanto por alcanzar una meta que cuando por fin eso les llega, se amedrentan. Con la expresión facial expresamos muchos estados anímicos y emociones. Esencialmente se utiliza para regular la interacción y para fortalecer o bien enfatizar el contenido del mensaje dirigido al receptor. Nosotros utilizamos la expresión facial para: expresar el estado de ánimo, indicar atención, mostrar disgusto, bromear, reprochar, fortalecer la comunicación verbal, etc. Todo cuanto se enlaza al problema del placer y el dolor toca en uno de los puntos más sensibles de la Psicología moderna. Procuraremos extraer del examen del caso particular aquí planteado la mayor suma de datos posibles, sin englobar el inconveniente en su totalidad. Consideremos primero la forma en que las zonas erógenas se someten al nuevo orden. Como ya sabemos, desempeñan en la iniciación de la excitación sexual un papel muy importante. Los ojos, que forman la zona erógena más alejada del objeto sexual, son también la más habitualmente estimulada en el proceso de la elección por aquella excitación singular que mana de la belleza del objeto, a cuyas excelencias damos, de esta forma, el nombre de estímulos o bien encantos. Esta excitación origina, al mismo tiempo que un determinado placer, un aumento de la excitación sexual o bien un llamamiento a exactamente la misma. Si a esto se agrega la excitación de otra zona erógena, por poner un ejemplo, de la mano que toca, el efecto es el mismo: una sensación de placer, incrementada en seguida por el placer producido por las transformaciones preparatorias, y, simultáneamente, una nueva elevación de la tensión sexual, que se convierte pronto en un displacer claramente perceptible cuando no le resulta tolerado producir nuevo placer. Más transparente es todavía otro caso: cuando, por ejemplo, en una persona no excitada sexualmente se estimula una zona erógena por medio de un tocamiento. Este tocamiento hace surgir una sensación de placer; mas al tiempo es más capaz que ningún otro proceso para despertar la excitación sexual que demanda una mayoración de placer. El inconveniente está en de qué forma el placer experimentado hace surgir la necesidad de un placer mayor (es tocar el pecho de una mujer).
Perdemos un tiempo bello que podríamos emplear en cubrirnos de besos y caricias
El trastorno muestra un predominio de mujeres oscilando entre 80 por cien y 92 por ciento . Emil Kraepelin (citado por Eugen Bleuler) destacó que la adquisición apremiante siempre concierne a las mujeres ( 10, pag. 540). La edad de la aparición fluctúa entre los 18 y los 30 años, y la edad media en el instante de la encuesta fluctúa entre los 31 y los 39 años. Si su esposa o bien novia parece estar muy apegada a su vibrador, no se preocupe. En el informe inicial de Kinsey, el sicólogo Dr. Wardell Pomeroy escribió: Semeja que muchas mujeres no pueden tener un clímax excepto con un vibrador. Pero agregó: Quizá lo más esencial es que las mujeres ocasionalmente pueden aprender del vibrador de qué forma Tener un clímax sin él. La voz le resulta familiar. Juraría que lo conoce de algo. Pero, por mucho que lo mira, no acierta a reconocerlo. Puede que sea un usuario de esos que hace meses que no se pasan por el polígono. Lleva tantos En contraste a lo que la mayor parte de los hombres suponen, el tiempo de duración en el coito no es tan relevante para las mujeres. En verdad muchas mujeres disfrutan de encuentros sexuales largos con independencia de si llegan o no al clímax. Pero solo una cuarta parte de las mujeres son consistentemente orgásmicas, independiente de cuanto dure el hombre. Las relaciones íntimas y el placer femenino pueden consistir en algo más que el coito, y justamente esto puede potenciar y expandir su forma de sentir placer.
Procediendo a la derecha
¿De qué forma se consigue alcanzar este estado? Para llegar al estado de Mahamudra, primero de todo es fundamental saber cómo está constituido el ser humano, y después aplicar el conveniente adiestramiento. Al comienzo, no es fácil en tanto que estamos habituados a conceptualizar con nuestra mente racional todo lo que vemos y hacemos en nuestro menester diario. Ese cánido semeja peligroso..e coche se ha saltado un semáforo… A través del empleo de técnicas de meditación activa y pasiva, activas con música, ejercicios de integración gestual, y muchas otras, podemos ir entrando en contacto con ese cosmos interior que existe dentro de cada uno, y aprendiendo a surfear con las distintas energías que lo atraviesan.
Muchos hombres se van a sentir frustrados y tendrán las siguientes inquietudes. ¿Debo entonces percibir todas y cada una de las estupideces por estúpidas que sean? ¿No opinar, enfurecerme o frustrarme ante tanto drama? ¿Entonces qué hacer? En el fondo de la lista que compone la mayoría de la población masculina, el tipo bueno es un hombre que básicamente suplica ‘amor’. Se aparece en la entrada de una mujer con flores, le escribe poesía cuando apenas se están conociendo, puede pasar horas conversando con ella sobre sus intereses y ambiciones por medio del chat, y a lo largo de la charla, a veces él presume de cuánto dinero gana, haciendo entender que puede comprar cosas para la mujer. Qué patético piensa .
Verdaderamente afecto la mentalidad abierta de las chicas en el porno en estos días. Semeja que no tienen inconvenientes para atacar a un hombre después de que saca su pene de la de abajo, la colilla y todo. Jamás lo viste en el porno cuando yo era un pequeño. En su mayor parte solo chuparon sus penes planos. No se agregan heces o bien lubrificantes o bien cualquier otra cosa que se arrastre en sus rectos. Era considerablemente más sano en aquel entonces. De ahí que leí esa fantasía que el personaje tenía, dentro de la enorme fantasía de Bataille que era Historia del ojo. Eran las cuatro de la mañana y estábamos emitiendo en directo en las instalaciones de Radio Nacional de España. Si te rindes por completo cuando estás haciendo el amor sentirás, justo en el momento de ese gran clímax, que la vida y la muerte se unen. Entrégate sin temor, no existe nada que temer. Víve esa sensación hasta sus últimas consecuencias. Hasta que el tiempo y el espacio desaparezcan, hasta el momento en que Sakti y ?iva vuelvan a separarse para devolverte a este plano material. Si bien no retornarás igual, sino Transformado.
Medio encendido, medio apagado
Un hombre fue a consulta conmigo y cuando hicimos el mapa habían muchas conexiones de infidelidad, y en un caso concreto una de esas infidelidades se salió de control produciendo mucho caos, problemas, amenazas y un estado de alarma. Según muchos estudios, el riesgo de transmisión del SIDA a lo largo del sexo oral es poco usual en ausencia de lesiones orales preexistentes. Sin embargo, este hallazgo no debe fomentar la práctica del sexo oral sin protección porque no existe peligro cero. ¿Por qué razón las hembras prefieren machos que exhiben unas características energéticamente tan costosas y supuestamente tan fútiles? Desde el punto de vista biológico, la preferencia femenina por los atributos costosos se justifica diciendo que es una manera intuitiva de conocer y exhibir la fortaleza, la resistencia y la capacidad de supervivencia de aquel macho, y en consecuencia es una manera de asegurar que los hijos que tendrán en común también serán fuertes, resistentes y capaces para subsistir. Es como una campaña de publicidad, en la que los machos exhiben sin pudor toda su fortaleza por inútil que sea, para que las hembras los elijan a ellos. Quizás el papel de reclamo sexual que se atribuye a los coches deportivos de gran cilindrada en muchos anuncios promocionales y en películas, o el hecho de llevar relojes o aparatos electrónicos costosos de los que no se aprovecha normalmente ni el 20 por cien de las posibilidades, tiene el mismo origen instintivo: trasmitir de manera inconsciente que uno se los puede permitir, como muestra de la propia capacidad económica.